TIWANAKU CUNA DEL IMPERIO INCAICO

Por Clovis Díaz de Oropeza F.
En las últimas décadas, historiadores y arqueólogos bolivianos de la talla de Carlos Ponce Sanjinés, Federico Diez de Medina, Dick Ibarra Grasso, Roy Querejazu Lewis, entre otros ilustres, rechazaron la leyenda de que, el Incario fue el Estado superior en desarrollo y tecnología a las demás culturas prehispánicas existentes en América del Sur. Por ejemplo, Ibarra Graso, en su libro “La Verdadera Historia de los Incas”, critica al Inca Garcilaso de la Vega, autor de “Comentarios Reales de los Incas” por introducir nuevamente ya en la Colonia, el origen mítico del Imperio Inca, en los siguientes términos: “Garcilaso nos relata tres fábulas sobre el comienzo de los Incas en el Cusco: La primera es la del padre Sol que da a los hermanos-esposos Manco y Mama Ocllo, la varita de oro para que fueran a buscar tierra apta para la agricultura. Allí no figuran los Ayares. La segunda aes la que hemos transcrito del hombre poderoso de Tihuanacu; la tercera es la de los hermanos Ayar , ocho en total, cuatro varones y cuatro mujeres, uno de los cuales era Manco Capac. La relación de los hermanos Ayar en CArcilaso es muy inocente: los tres hermanos sin que sepa más de ellos y Manco queda sol, con las cuatro hermanas para fundar el Cusco. Ibarra Grasso, comenta: Mucho antes de aparecer los más remotos comienzos de la Civilización tihuanacota, hubo en los territorios andinos de Bolivia, una sucesión de diversos pueblos y culturas que podemos resumir: Los primeros restos culturales los denominamos Viscachanenses por el nombre del primer yacimiento encontrado; la localidad es Viscachani a dos leguas de Patacamaya en la provincia de Sica-Sica, departamento de La Paz. Sus instrumentos típicos son lascas de múltiples formas, hachas de mano, raspadores, gubias, etc., de cuarcita verdosa, trabajadas toscamente con técnica de percusión (…). Su tipo cultural corresponde a un Paleolítico inferior de la arqueología europea. Siguen otras tres culturas existentes en el mismo lugar y en otros varios, particularmente en Potosí. La primera de ellas se caracteriza por la primera aparición de puntas de lanza en forma de hojas de laurel. La segunda nos presenta puntas de lanza arrojadiza o jabalina, en forma de hojas de sauce (…) En Tiahuanacu mismo (en supervivencias), en Oruro, el Sur de La Paz, en Cochabamba, en el Sur de Potosí, en Chuquisaca, en el Noroeste argentino, aparece después una cultura ya provista de cerámica y de piedra pulida y que conoce el cobre. La cerámica es gris y rojiza, distinguiéndose claramente por carecer de adornos pintados”. Ibarra Graso continúa: “Los pueblos que formaron las culturas Tiahuanacu I y II, ya poseían una hermosa cerámica pintada, policroma, con numerosos rasgos. El Tiahuanacu Antiguo o III, se caracteriza por la existencia de una cerámica pintada, con poco pulimento. Tres formas principales aparecen entonces: una especie de botellón o cántaro chico; un vaso sahumador con cabeza de felino y otra especie de botellón o cántaro chico, de cuello corto y con los bordes de la boca muy abiertos. Según Carlos Ponce Sanjinés, a esta época pertenecen las construcciones arquitectónicas de Kalasasaya, Akapana, Pumapuncu, etc. La antigüedad de este período , según varios análisis de Carbono 14, se remonta hasta un siglo después de la Era Cristiana y dura cerca de tres siglos. El Tiahuanaco Clásico se caracteriza, en primer lugar, por su cerámica policroma, con esmerado pulimento y delgadez extrema en las paredes de las piezas”

En la arquitectura, según Ponce Sanjinés “predominaría la construcción de grandes palacios hechos de adobe, pero también los edificios anteriores fueron aumentados en diversos detalles, utilizándose en ello la piedra andesita en vez de la arenisca. La puerta del Sol, de la Luna, el monolito Bennett y otros numerosos monolitos, pertenecen a este período. En aquel tiempo, de acuerdo a los autores especializados en el tema, la Civilización Tiahuanacu, conocía el bronce, como lo prueban hachas con filo en media luna; tupus, tumis o cuchillos en forma de T. En la base expansiva, Tiahuancu llegó a tener cerca de 1 millón de kilómetros cuadrados de extensión; dominando a Nazcas, Mochicas y la región del Cusco; la Sierra Central y Sur de Perú. La fase expansiva de Tiahuanaco habría comenzado a fines del Siglo VIII e incluso parte del Siglo XII. A partir del Siglo XII, se formó el reino Colla, con su capital en Hatun Colla, cerca de Puno. El Reino Colla estuvo conformado por la misma gente Aymara que integró el Imperio de Tiahuanaco. Posteriormente una nación o rama del Reino Colla, de ascendencia aymara habría
de asentarse en un paraje que tuviese los requisitos necesarios para ser la capital de un nuevo reino. Sus caudillos repudiaron toda ascendencia aymara; se atribuyeron un origen divino como hijos del Sol y adoptaron un nuevo idioma. El caparazón era distinto, pero la sangre, la misma. Crearon una ciudad que estuviese también en el centro del mundo. La llamaron Cusco, que quiere decir el “ombligo”, el “centro”.

Roy Querejazu Lewis, encaró el tema del verdadero origen del Imperio Inca, sosteniendo en su famosa obra “Bolivia Prehispánica”, lo siguiente: “Los Incas tienen su origen en una de las naciones Collas de habla Aymara. En consecuencia durante la fase que comprende el Imperio Legendario, dependían políticamente del Reino Colla con su capital en Hatun Colla. Durante el reinado de Pachacutec Inca Yupanqui, se elaboró una “Historia Oficial” que procuró, como primera medida borrar esa dependencia política de los reyes Collas y establecer para su dinastía un origen divino como “Hijos del Sol” y así aumentar su autoridad y facilitar sus posteriores conquistas territoriales”.
Querejazu Lewis, agrega: “La “Historia Oficial” buscó presentar al Imperio Legendario como enteramente cusqueño, con Manco Capac, su fundador y primer soberano. La Historia Oficial no pudo, sin embargo, tener un control absoluto sobre las creencias que traslucen algunos aspectos y detalles que identifican el origen Colla y por lo tanto Aymara del Incario, incluyento
a Manco Capac”. Sin embargo, el que los Incas hayan negado de su procedencia originaria, no podemos menos que admirar el sistema de gobierno y los progresos adquiridos en la agricultura gracias a represas y canales de riego, así como en la cría de camélidos y otros animales propios de las mesetas. Además de contemplar, a distancia, el admirable comportamiento de sus súbditos y aún de las gentes “conquistadas” por los diferentes Incas y la creación de un atisbo federal: el Tahuantinsuyo. (clovisdiazf@gmail.com).

REGAZO DESCOMUNAL DE ARCILLA AMPARA  Y ABRIGA LA GRAN ESTRUCTURA TIWANAKU

El  gigantesco terraplén artificial de arclla,  parece rodear las 758 hectáreas fotografiadas desde el aire. Tendría una altura de 4 metros. Un ancho de 10 metros que, a la vez de servir de altísima vía de comunicación, mantiene las fabulosas obras de piedra, los silos destinados a guardar alimentos y tal vez en ocasiones, serviría como defensivo estratégico.

Por Clovis Díaz de Oropeza F

Parte de una plataforma artificial de arcilla apisonada — por ahora de 9 kilómetros y medio— descubierta por drones y tecnología satelital, protege el complejo TIWANAKU afirmó el arqueólogo madrileño, José Ignacio Gallego Revilla contratado junto a un equipo de especialistas por UNESCO los años 2015-2018.

Para la construcción de la descomunal obra, que rodea casi el perímetro del complejo arquitectónico precolombino, según calculó Gallego Revilla, se habría depositado 345 millones de kilos de arcilla.

En un largo y agotador proceso de traslado desde distancias aún desconocidas, la arcilla fue depositada kilo tras kilo, en esta especie de plataforma que, a modo de regazo, protege las principales construcciones líticas de Tiwanaku.

Posiblemente, la arcilla fue cargada en la espalda de súbditos tiwanakenses y luego de ser depositada en lo que sería el colosal terraplén, grupos de trabajadores la apisonaban, compactándola de manera tan esmerada, que en pleno Siglo XXI, continúa visible desde los modernos drones, tal como lo testimonia la cartografía tridimensional.

El  gigantesco terraplén artificial,  parece rodear las 758 hectáreas fotografiadas desde el aire. Tendría una altura de 4 metros. Un ancho de 10 metros que, a la vez de servir de altísima vía de comunicación, mantiene las fabulosas obras de piedra, los silos destinados a guardar alimentos y tal vez en ocasiones, serviría como defensivo estratégico.

¿PUMAPUNKU o UMAPUNKU?

En las 758 hectáreas peinadas y gracias al modelo digital del terreno, el grupo internacional de científicos de la UNESCO, descubrió en las fotos de altísimo detalle, huellas de un embarcadero pegado a Pumapunku, lugar al que habrían llegado las aguas crecidas del Lago Menor del Titicaca en tiempos inmemoriales.

El arqueólogo José Ignacio Gallego Revilla, expresa al respecto: ”Se observan dos restos de construcciones paralelas y equidistantes(…) lo que nos permite pensar que las tres estructuras (incluyendo la principal y más conocida), estén asociadas. Su presencia  ofrece un significante respecto a las llanuras de inundación hacia las que se orienta”.

El conjunto supera las 16 y media hectáreas, en  evidente relación con los espacios inundados, es decir, el agua.

Es también sorprendente, el descubrimiento  de canales y grandes sistemas de drenaje. Asimismo, a la llanura de inundación  situada frente a Pumapunku parecen llegar numerosos canales, incluso en la actualidad es un bofedal durante varios meses al año.

En base a estas características, frente al tradicional nombre de Pumapunku “y dada la conformación tanto del complejo como  del entorno y su vinculación física con los muelles occidentales  de Tiwanaku,  los científicos que trabajamos en el “Proyecto  para la preservación  y conservación de Tiwanaku”,  proponemos la denominación alternativa de Uma  Punku que significa la Puerta del Agua. La opción es harto sugerente desde el punto de vista arqueológico” dijo nuestro entrevistado.

PUMAPUNKU GEMELO

Agregó el especialista, “el modelo digital del terreno  muestra un gran edificio soterrado, justo al Sur del edificio  principal del complejo. Sus dimensiones son iguales en cuanto a su perfil longitudinal en torno a los 130 metros”.

Podríamos añadir que el complejo soterrado, sería un Pumapunku gemelo, cuyo entorno habría albergado grupos humanos provenientes del Incario.

CAMBIOS EN RIO TIWANAKU

Las estructuras hídricas condicionaron la vida de la población tiwanakota. Cito, dijo el arqueólogo español, “uno de los elementos más interesantes observados en nuestro Proyecto, mediante los mecanismos de Teledetección: las alteraciones y cambios de naturaleza antrópica en el curso menor del Río Tiwanaku y de alguno de sus tributarios, que cambian sustancialmente de forma hacia recorridos poco naturales, lo que nos hace pensar en alguna intervención del ser humano”.

INMENSO GEOGLIFO

En la cosmogonía kolla, la víbora –katari en aymara—es una de las deidades del inframundo, causante de los temblores y terremotos pero también, según la literatura costumbrista, trae suerte y longevidad a quienes la respetan.

El experto internacional y arqueólogo  José Ignacio Gallego Revilla, explica que los primeros ilustres visitantes a Tiwanaku, entre ellos Bartolomé Mitre,  quedaron extrañados por la supuesta ausencia de la víbora en los relieves pétreos.

Gracias a los drones y a la investigación de los científicos de UNESCO, se sabe ahora que después de “un estudio realizado sobre cerámica de la cultura Tiwanaku, con representaciones animalísticas, la serpiente es el cuarto animal en porcentaje de representación”.

Imágenes captadas por los drones, revelaron la existencia de un gigantesco reptil pues, en el caso de los  petroglifos, los talladores solían aprovechar  grandes  lozas de piedras horizontales o algunos bloques monolíticos. Son elementos  de naturaleza estilizada, que representan al serpentiforme, bien enroscado en forma de espiral.

El primer elemento que hemos localizado, añadió José Ignacio, es  el serpentiforme que se  dibuja con una longitud  lineal estirada de 425 metros. En forma extendida, la longitud  real del serpentiforme es de 578 metros. La forma oblonga que conforma la cabeza, ocupa una superficie que supera los mil metros cuadrados”.

NUEVO ENFOQUE HISTORICO

El trabajo realizado por los especialistas y los sorprendentes descubrimientos reflejados en fotografías e imágenes tomadas por los drones, es decir, el gigantesco terraplén de arcilla, restos soterrados de grandes edificios, huellas de viviendas y de barrios poblados, puertos al borde de Pumapunku, canales de acumulación y desvío de aguas, manejo racional de las aguas del Río Tiwanaku para proveer diariamente a una población de 40 mil personas y por supuesto, para el riego de la producción alimentaria, silos para almacenar alimentos entre otros hallazgos, con toda seguridad cambiarán  la óptica tradicional sobre la cultura Tiwanaku.

Son nuevos elementos, que plantean y comprometen  a historiadores, especialistas dedicados a la investigación de los monumentales restos precolombinos y a quienes nos interesamos por Tiwanaku como símbolo precolombino, nacional y mundial, a tomar en cuenta no sólo para revisar los temas históricos, sino para continuar proyectando, en base a estos recientes conocimientos, una nueva etapa sobre el complejo de referencia.

Es justo por lo tanto, el reconocimiento boliviano, a los científicos e investigadores que, gracias a la UNESCO, a través de su oficina en-Quito, el “Proyecto para la Preservación y Conservación de Tiwanaku y la Pirámide Akapana” financiado por los aportes de Fondos Fiduciarios japoneses para la Preservación  del Patrimonio Mundial Cultural.

La Directora de la Oficina de UNESCO en Quito y representante para Bolivia y otros países sudamericanos, Saadia Sánchez Vega, afirmó: “Esta investigación, que siguió rigurosos estándares de calidad, proporciona herramientas que garantizan el futuro de la investigación científica en el sitio y por extensión en Bolivia; y lo hace también con aquellas investigaciones necesarias para la elaboración de las fórmulas que favorezcan su adecuada conservación”.

Nuestro entrevistado, José Ignacio Gallego Revilla, al referirse al éxito del Proyecto, dijo que, “en particular queremos agradecer y reconocer la labor del equipo del sector Cultura, encabezado por su especialista Responsable (2011-2017), arquitecta Alcira Sandoval Ruiz, boliviana,  sin cuyo empeño y para gestionar de forma inteligente las complejidades de un proyecto  de estas características, este resultado jamás se hubiera conseguido”

DRONES PRECOLOMBINOS

Al concluir, es agradable traer al presente moderno, tiempo en que imperan los drones, la teledetección, las imágenes en tercera dimensión, la geografía física y en fin una tecnología nunca soñada hasta hace pocas décadas, una práctica antiquísima, vigente centurias atrás.

Se trata de los sacerdotes de Tiwanaku que, para comunicarse con la pléyade de dioses kollas, ponían una rodilla en tierra. Abrían su bolsa de cuero curtido, sacaban sus tabletas decoradas  y colocaban en ellas una semilla milagrosa, conocida como Willka.

Molían ésta y luego, con un canuto de cabeza de vicuña. Inhalaban por las fosas nasales la semilla convertida en polvo, poderoso alucinógeno que transportaba al sacerdote, a las alturas infinitas del altiplano donde moraban los dioses kollas.

Así podemos apreciarlos ahora, en una de las ruinas de Tiwanaku, friso de piedra conocido como Kantatayita, en el cual, los hombres alados de la Puerta del Sol, parecen volar entre la tierra y el cielo.(clovisdiazf@gmail.com).

LA MILENARIA  “TABLETA” DE TIWANAKU

Por Clovis Díaz de Oropeza F.

Numerosas investigaciones, nacionales y extranjeras, abordan el tema de las “tabletas” en la cultura Tiwanaku. La “tableta”, es un objeto de madera, de piedra o de otro material, utilizado por miembros de la élite tiwanakota en rituales de acercamiento a sus dioses ancestrales.

Las tabletas, semejan  una diminuta batea, cuyo fondo desgastado a manera de hueco rectangular, sirve  para mezclar productos vegetales de contenido alucinógeno. La parte superior de esos cuencos,  está bellísimamente decorada con figuras del panteón Tiwanaku y tienen carácter mágico.

Prácticamente, la tableta, en algunos objetos  rescatados por la arqueología, alcanza una altura cercana a los 20 centímetros, mientras que el ancho, difícilmente pasa de los 9 centímetros.

El instrumento mágico, era portado en pequeñas bolsas de cuero unas veces de venado y otras de  camélido, junto a  diminutas cucharillas, artísticamente decoradas que, posiblemente servían para la mezclar o llevar los polvos y determinadas mezclas a la nariz.

Complementaban el utensilio, tubos de madera, de bambú, de arcilla, instrumentos que servían en su tiempo, para inhalar polvos alucinógenos.

ALUCINÓGENOS

“A través de las edades,  casi todas las plantas alucinógenas  han sido utilizadas  como “adivinatorias” sostiene el autor de Historia de las Drogas, Jean Louis Brau, mientras que Eleonora N. Mulvany, investigadora de las “Posibles Fuentes de Alucinógenos en Wari y Tiwanaku” afirma: “Desde hace varios años, las investigaciones etnográficas y etnobotánicas realizan aportes sobre el uso de especies vegetales como fuentes de alucinógenos. Estos estudios se han complementado con análisis químicos, experimentación científica y médica. Los aportes han permitido reconocer la importancia que estos vegetales desempeñan en la organización social de las diferentes sociedades, a nivel  ritual y ceremonial. Su  característica principal es la de poseer principios activos,  que al ser incorporados al cuerpo, producen cambios en la percepción”(…)”Por este motivo, la ingestión de estos principios  contenidos en los vegetales pueden producir  cambios en la percepción espacial y temporal”.

VINCULACION

El problema del posible uso de alucinógenos en Tiwanaku ha sido tratado por diferentes autores, fundamentalmente dentro de tres líneas  de investigación: 1) en base a los artefactos, vinculados con el uso de alucinógenos, por analogía etnográfica, 2)por la asociación de ese tipo de artefactos, identificados a través de análisis iconográfico y asociados a  motivos antropomorfos o zooantropomorfos Tiwanaku y, 3) por el hallazgo de restos vegetales asociados a restos Tiwanaku, prosige Elenonora n: Mulvany.

Es decir, que los utensilios encontrados en Tiwanaku y sus áreas de influencia, tabletas, tubos de inhalación, pequeñas bolsas de cuero curtido y otros objetos, confirmarían que fueron utilizados por personajes tiwanakotas, para mezclar y moler las plantas alucinógenas.

INTERPRETACIONES

Arqueólogos del mundo y de nuestro país, al estudiar las tabletas de Tiwanaku, elaboraron tesis divergentes, basadas sobre todo, en el análisis iconográfico de las monumentales litoesculturas aún en pie: Bennett, “El cura”; estela Ponce  y la denominada “Puerta del Sol”.

Los estudiosos, estiman que, en las mencionadas litoesculturas, incluso en la Puerta del Sol, están presentes las tabletas y sus aditamentos para inhalar los polvos alucinógenos, visionarios.

Sin embargo, otros investigadores rechazan esta óptica y expresan que, las piezas talladas en la piedra, corresponderían a envoltorios de una especie de papiro, concluyendo en que, existía un alfabeto en Tiwanaku y que las figuras interpretadas, no corresponden a supuestos objetos y utensilios dedicados a la preparación o mezcla de las plantas alucinógenas.

Veamos cómo aprecian  estos especialistas, cuyos conocimientos ampliados, además de arqueología, comprende el mundo vegetal y específicamente, las plantas alucinógenas propias de Los Andes, de la Ceja de Montaña, es decir, Los Yungas de La Paz y la Amazonía boliviana.

La Revista Interdisciplinar Internacional de Artes Visuales, publicó “Un análisis iconográfico de la Estela Ponce, Tiwanaku, Bolivia”, en junio 2014, firmado por los expertos Constantino Manuel Torres y Donna Torres. El documento analítico dice en parte: “Las diversas narrativas y signos grabados en la Estela Ponce pueden ser también  identificados en el ajuar inhalatorio. Esta comparación entre objetos monumentales, prácticamente inmóviles y portátiles con gran distribución geográfica, revelan factores  que establecen puntos de referencias primarios para la definición de la configuración iconográfica  Tiwanaku. Esta relación con la parafernalia inhalatoria y consecuentemente con las plantas  visionarias  utilizadas en la manufactura de los inhalantes psicoactivos es básica para el entendimiento de la iconografía de Tiwanaku expresada en la Estela Ponce.

Prosigue el análisis: “El tipo más común de equipo inhalatorio consiste de una bolsa de fibra de camélido que contiene una madera de forma rectangular, un tubo de madera o de hueso, una cucharilla también madera o hueso y una o dos bolsas de cuero que contienen el polvo psicoactivo”.

PALAFERNARIA

Los grabados y bajo relieves que cubren a la Estela Ponce muestran una relación directa con numerosos elementos del complejo inhalatorio. José Berenguer, argumenta de forma convincente  que el objeto que porta en su mano derecha, es una tableta del tipo utilizado en la inhalación de substancias psicoactivas. Varios autores, Bennett y Posnansky, han sugerido que el  objeto que sostiene en la mano izquierda el personaje representado en la Estela Ponce,  es un “kero”. La representación de una tableta en la mano derecha provoca la búsqueda de explicaciones alternativas para el objeto que porta  esta figura en su mano izquierda. Inmediatamente, se distingue la posibilidad de que esté representada una bolsa textil conteniendo el equipo inhalatorio y no un “Kero” (…) “El objeto en la mano izquierda de la Estela Ponce posee lados paralelos, sugiriendo una probable asociación con las típicas  bolsas textiles que contiene la parafernalia inhalatoria” agrega Torres.

VISION BOLIVIANA

Carlos Ponce Sanjinés, boliviano, arqueólogo mayor de esta ciencia y cuyo apellido lleva la Estela Ponce, afirma sobre el tema: “Pese a algunas diferencias,  el empleo de la sustancia inhalante obedece a un conjunto de objetos bien caracterizado  y sujeto a un ceremonial  perfectamente establecido. Constituido por lo general por un tubo para inhalar, sea de tipo de cañahueca, hueso o cerámica, con su  boquilla para introducirla en las fosas nasales, a veces doble o terminado en “Y”, asimismo exornado con motivos detallados inclusive en bulto. Luego una tableta de madera, con su mango singular, que posee un recipiente con su reborde donde se deposita  el polvo para ser aspirado. Complementa este ajuar, una cuchara delicada para colocar la substancia en la tableta, un depósito para conservarlo , un mortero donde triturar las semillas hasta pulverizarlas, su pilón, una bolsa para portar toda esta parafernalia”.

El autor de “Tesoros sagrados de Tiwanaku”, Carmelo Corzón Medina, de  editorial Cima,  cuyas fotos de tabletas y tubos de inhalación reproducimos en este artículo, sostiene sobre este interesante tema: “Las pruebas existentes demuestran que los pueblos precolombinos, hicieron uso de los alucinógenos. En la Cultura Tiwanaku, se sirvieron de la planta Willca(Anadenanthera colubrina), también conocida como Cebil. Los sacerdotes andinos, tiwanakotas, lograban desdoblarse y entrar en contacto con sus antepasados ya fallecidos.

Prosigue: “En los ritos de inhalación del polvo Willka, depositaban el alucinógeno con una cucharilla sobre pequeñas tabletas bellamente decoradas, luego procedían a inhalar por vía nasal, mediante tubos de madera. Estos tenían un parecido similar al largo cuello de la llama”(…) Cuando entraban en trance, subían la escalera cósmica para comunicarse con sus dioses, éstos les  enseñaban cómo curar enfermos, adivinar, buscar lo perdido y comunicarse con el mundo sobrenatural”.

CONCLUSION

Con la particularidad de que las plantas alucinógenas no crean hábito como otras que contienen sustancias nocivas para el ser humano, su utilización aún perdura entre los grupos de kollawayas, dedicados precisamente a la adivinación, a preservar la salud y comunicarse con el mundo invisible donde reinan dioses y deidades del panteón kolla-aymara-quechua.

Además, esta sobrevivencia cultural también abarca a “brujos” del área amazónica boliviana, que por supuesto, continúan utilizando las plantas alucinógenas en sus prácticas cotidianas.

Las tabletas de Tiwanaku, dispersas en varios museos del mundo; en museos nacionales y colecciones particulares, constituyen el visible eslabón de esta antiquísima cosmovisión, que mantuvo “contacto” con la humanidad y el mundo siempre misterioso de lo desconocido.

En sus rectangulares y diminutas bateas, en los delgados tubos y en las bolsas para transportar toda esta parafernalia, está agrupada  la otra historia del hombre, la que mientras estamos vivos, tratamos de alcanzar para preguntar casi siempre, qué nos depara el futuro. (clovisdiazf@gmail.com).

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